Año: 2018
Autores: Santiago Becerra

El encargo consiste en adaptar el garaje existente para ser utilizado como escuela de música y locales de ensayo. Frente a la configuración convencional en ‘peine’ en la que se accede a las distintas salas a través
de un pasillo y sus correspondientes puertas que anula las experiencias intermedias entre la calle y el ensayo, el proyecto trata de generar una gradación de espacios que permita una transición menos brusca desde el
espacio público, pasando por el filtro de la recepción y un espacio previo de espera, a un espacio de carácter semipúblico en el interior configurado como una plaza, que hace las veces de distribuidor a los distintos locales así como de espacio de descanso y relación entre actuaciones, terminando en la privacidad y aislamiento sensorial del interior de las salas de ensayo. La configuración formal de este tránsito utiliza las geometrías quebradas y la textura rugosa de las paredes para generar un laberinto acústico, similar al que se utiliza en el interior de las cajas de líneas de transmisión (altavoces) para modular la onda posterior, del
mismo modo en que lo hizo Benjamin Onley para los altavoces de los aparatos de radio de Stromberg-Carlson en 1936 de forma que dificulte las transmisiones de sonido de unos espacios a otros.
Esa misma geometría sirve también para evitar, de una forma sencilla, el paralelismo entre los cerramientos de las salas y favorecer así el acondicionamiento acústico en su interior, también facilita la adaptación natural a las distintas irregularidades introducidas por los pilares, tuberías, descuelgues de vigas y recrecidos presentes en el local.





